Actualmente el 95% de las personas gastan más de 10 litros de agua en ducharse. Según datos de la OMS se emplean a 200 litros en una ducha de 10 minutos, esta organización recomienda disminuir el consumo a 95 litros. Esta cantidad equivale a lo que bebe una persona en un total de 50 días. Para reducir el impacto ambiental que implica el desperdicio de agua y energía, nuestra propuesta consiste en desarrollar una ducha sustentable cuyo principal recurso es el agua de lluvia. Esta se almacena en un contenedor, atraviesa un filtro que la hace apta para el contacto con la piel y posteriormente pasa por una turbina que, debido al caudal del agua, transforma la energía cinética en energía eléctrica. La energía producida se utiliza para calentar el agua. De esta manera conseguimos una ducha sustentable que aprovecha completamente la lluvia, reduciendo el consumo de agua potable y energía eléctrica.